Cocción y técnica

Polenta: sencilla y versátil

Descubre el sabor de la polenta y aprende cómo cocinarla como plato fuerte o acompañamiento.

Bol de polenta sobre mesa de madera visto desde arriba

Se puede cocinar a base de choclo o harina. De cualquier manera, lograrás un exquisito resultado de polenta.

La polenta tiene dos tipos de preparaciones: con harina o con choclo. La receta con harina es un plato tradicional italiano que destaca por su sencillez y versatilidad. Este tipo de polenta se elabora con harina de choclo fina, la cual se cocina en agua, o caldo, hasta obtener una textura suave y cremosa; su preparación es relativamente rápida y permite añadir una gran variedad de ingredientes como quesos, mantequilla, hierbas y especias para realzar su sabor.  

Por su parte, la polenta hecha con choclo es una variante más rústica y tradicional, que utiliza granos de choclo enteros, o molidos, de forma más gruesa. Este tipo de polenta requiere una cocción más prolongada. Esta se puede servir de diversas formas: en rebanadas doradas a la parrilla, fritas o al horno. 

Ambas recetas pueden servirse como guarnición, acompañada de carnes y verduras, o como plato principal, a menudo enriquecida con salsas robustas y trozos de carne. 
 

CINCO PRESENTACIONES DE POLENTA COMO PLATO FUERTE 

La versatilidad está a la orden del día con la exquisita polenta, un platillo que puede hacer las veces de plato fuerte, acompañamiento o guarnición dentro de tus menús de mañana tarde y noche. A continuación, te mostramos las cinco presentaciones de plato fuerte que puedes hacer con la polenta como tu base:  

  1. Polenta con ragú de carne: esta presentación consiste en servir la polenta cremosa como base, acompañada de un ragú de carne bien sazonado, ¿Por qué no?, con productos Maggi®. El ragú se prepara con carne de res, o cerdo, cocida lentamente con vegetales. 
  2. Polenta al horno con queso y champiñones: se cocina la polenta y se extiende. Una vez firme, se corta en cuadrados o triángulos, se cubre con una mezcla de champiñones salteados, ajo y una pizca de pasta de tomate, para finalmente espolvorear con queso parmesano, o mozzarella, y dejarse al horno.  
  3. Polenta con costillas de cerdo: para esta versión, se cocina la polenta hasta que esté suave y cremosa, y se sirve acompañada de costillas de cerdo cocidas lentamente. Las costillas se marinan y luego se cocinan a fuego lento en una salsa de soya; la polenta actúa como una base perfecta. 

    Cama de polenta con carne y vegetales encima.

  4. Polenta grillada con verduras asadas: la polenta se cocina, se deja enfriar hasta que esté firme y luego se corta en rebanadas gruesas. Estas rebanadas se grillan hasta que estén doradas y se sirven acompañadas de verduras asadas. Este plato es ideal para quienes buscan una opción saludable y llena de color. 
  5. Polenta con pollo: en esta preparación, la polenta se cocina hasta que esté cremosa y se sirve como acompañamiento de trozos de pollo cocidos en una exquisita salsa inglesa ajo, cebolla y hierbas.

Recetas  italianas que puedes implementar en tu menú

Otros tipos de platillos tipo puré similares a la polenta 

Más allá de ser un platillo típico de Italia, y muy popular en Argentina, no es un platillo muy común. Sin embargo, existen varias recetas que se asemejan a la polenta, aunque no compartan los mismos ingredientes. Acá te damos tres preparaciones latinoamericanas parecidas a la polenta:  

  • Puré de calabaza de castilla: su suave sabor y textura cremosa lo asemeja significativamente a la polenta; fácil de preparar y trabaja perfectamente en su rol de la guarnición, aunque puede ser el protagonista de cualquier platillo sin problema.  
  • Puré de zanahoria: al igual que la polenta, poco común dentro del menú de los hogares mexicanos; similar en textura y color al de calabaza de castilla, y de un sabor sorprendente que acompañará de gran manera a carnes rojas y blancas. ¡Usa las zanahorias que te restan en el refrigerador y anímate a hacer este delicioso puré! 
  • Puré de plátano macho: su dulzor denota la oportunidad perfecta para crear un platillo con carnes en el que resalten los contrastes de sabor y, por supuesto, la cremosidad y exquisitez que la asemejan a la polenta. Esta es una preparación más tradicional en los países caribeños, pero sin duda es de fácil preparación en las cocinas mexicanas. 

    Puré de calabaza de castilla, similar a la polenta, con chorizo, pollo y vegetales

Otras formas de cocinar polenta 

Ya sabemos que la polenta más común es con harina de trigo, o de choclo, hervida en agua. Sin embargo, existen otros ingredientes de preparación no muy lejanos a los anteriormente mencionados. Aquí te haremos una breve comparación entre estos elementos: 

Harina de choclo 

  • Base: la polenta tradicional se hace con harina de choclo (más gruesa que la maicena). 
  • Textura: gruesa y granulosa. 
  • Uso: polenta tradicional, como acompañamiento o base para platos diversos, puede ser frita, horneada o servida cremosa.
     

Harina de Trigo 

  • Base: derivada del grano de trigo, además de ser utilizada para hacer polenta, se puede encontrar en recetas de papillas o platos similares en algunas culturas. 
  • Textura: tiene una textura más fina y suave. 
  • Uso: puede utilizarse en preparaciones similares, pero, aunque no hace parte de la receta tradicional de polenta, suele usarse comúnmente para ello.
     

Almidón de Choclo 

  • Base: es almidón puro de choclo. 
  • Textura: muy fina y sedosa. 
  • Uso: espesante en salsas, sopas y postres; se usa para hacer variantes de polenta.  
     

Sémola 

  • Base: derivada del trigo duro (a diferencia de la harina de trigo común). 
  • Textura: más gruesa que la harina de trigo, pero más fina que la harina de choclo. 
  • Uso: se utiliza para hacer platos como cuscús, gnocchi a la romana y en algunas variedades de pasta; no es típica para polenta, aunque puede utilizarse para obtener resultados similares. 
     

Descubre los tres postres que puedes hacer con polenta 

La polenta tradicional es un platillo salado. Sin embargo, la versatilidad en sus ingredientes permite al cocinero jugar con sus presentaciones y gustos, por lo que acá te mostramos los tres postres que puedes hacer con polenta: 

  1. Budín de polenta con naranja y chocolate de repostería leche de Nestlé® Chocolatería: este postre combina la textura suave de la polenta con el sabor cítrico de la naranja y la dulzura del chocolate de Nestlé® Chocolatería derretido. Es un budín húmedo y esponjoso, perfecto para disfrutar en cualquier momento del día. 

    Budín de polenta con naranja sin un pedazo de rebanada

  2. Tarta de polenta con almendras y limón: una tarta rica y densa que mezcla la polenta con almendras molidas y ralladura de limón, dándole un sabor fresco y una textura crujiente por fuera y tierna por dentro. Ideal para acompañar un vaso de leche achocolatada preparado a tu gusto. 
  3. Polenta dulce con La Lechera® Nestlé: este postre consiste en una base de polenta endulzada, cubierta con una capa generosa de La Lechera® Nestlé y, si así lo prefieres, espolvoreada con coco rallado. Es una delicia cremosa y exótica que encantará a todos los amantes de los sabores dulces. 

 

Fuentes:  

Preguntas frecuentes

¿Cuáles son las variaciones de polenta más comunes?

Entre las distintas preparaciones de polenta destacan la cremosa, que se sirve recién hecha y cuenta con una textura suave similar a la del puré; la firme, que se deja enfriar para servir en rebanadas; la horneada, que se cocina la horno y puede llevar hierbas, quesos y otros, y la dulce, en la que se utiliza la polenta como base tipo bizcocho.

¿Cómo evitar que la polenta se pegue o forme grumos?

Para evitar que la polenta se pegue o forme grumos, es importante agregar la harina de choclo al líquido hirviendo de manera gradual, mientras se bate constantemente con un batidor de mano. Otra técnica es mezclar la harina de choclo con un poco de agua fría antes de añadirla al líquido caliente, lo que ayuda a dispersar la harina de manera más uniforme.

¿Es posible variar la receta al gusto del cocinero?

¡Claro que sí! La polenta es un platillo muy versátil, por lo que puedes añadir los ingredientes que quieras, o acompañarla con cualquier proteína, sin temor a que sepa mal.