Fácil
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Cuando compramos una piña, desde el momento en el que llegamos a casa soñamos con una preparación exquisita: un postre, una ensalada de frutas o una bebida deliciosa. En todos estos casos, es necesario pelarla. Nada más vas a necesitar un cuchillo con muy buen filo y una tabla de corte.
1. Acomoda la piña de forma horizontal y sostén la base con fuerza. Con la otra mano, corta el tallo de las hojas.
2. Ahora sujeta la piña por el lado que acabas de quitar y corta la base de la fruta. En esta parte es importante que no sea un trozo muy grueso, así vas a tener más pulpa para aprovechar.
3. Después acomoda la piña verticalmente y corta la cáscara de arriba hacia abajo, girando la fruta poco a poco para deshacerte de toda la piel.
4. Si quedan pedazos pequeños al final, simplemente sácalos con la punta del cuchillo o un pelador de papas.